En la administración de Petróleos Mexicanos (PEMEX), bajo la batuta de Octavio Romero Oropeza y Marco Herrería Alamina, el panorama no podría ser más desalentador. La empresa se encuentra sumida en una crisis profunda marcada por una deuda incontrolable, una producción de crudo estancada y un peligroso nepotismo que ha socavado la confianza en la paraestatal.
Deuda Desbordada y Falta de Liquidez
Desde diciembre de 2018 hasta junio de 2023, la deuda total de PEMEX ha crecido de 179,500 millones de dólares a 225,300 millones de dólares. Esta escalada de deuda, sumada a una deuda de corto plazo de 21,260 millones de dólares a finales de 2023, ha duplicado los activos de la empresa, dejando a PEMEX en una situación financiera precaria.
La falta de liquidez es otro problema crítico. En 2024, la deuda con proveedores y contratistas se incrementó a 163,207 millones de pesos, impidiendo a la empresa cumplir con sus pagos y frenar la inversión en nuevos proyectos esenciales para su operatividad y crecimiento.
Producción Estancada y Fallos Operativos
A pesar de las promesas de aumentar la producción a 2.4 millones de barriles diarios, PEMEX solo ha logrado mantener una producción de 1.8 millones de barriles. La refinería Dos Bocas, inaugurada en 2022 con grandes expectativas, aún no ha comenzado a producir gasolina, reflejando las fallas operativas y la ineficiencia de la actual administración.
Nepotismo y Amiguismo: El Cáncer de PEMEX
El nepotismo y el amiguismo han infiltrado profundamente la administración de PEMEX. Octavio Romero Oropeza, un agrónomo sin experiencia en la industria, ha colocado a amigos y familiares en posiciones clave. Marco Herrería Alamina, hermano de la esposa de Pío López Obrador, ha permitido compras directas sin licitación a empresas amigas, que suministran químicos de baja calidad, poniendo en riesgo la seguridad de los trabajadores y las operaciones de la industria.
Impacto Económico y Social
La gestión deficiente de PEMEX no solo afecta a la empresa, sino que también pone en riesgo la economía mexicana. La deuda masiva podría desencadenar un recorte en la calificación crediticia de México, encareciendo el costo del financiamiento para el gobierno y afectando negativamente las finanzas públicas.
Los recursos destinados a rescatar a PEMEX han reducido los fondos disponibles para programas sociales vitales como educación, salud e infraestructura, perjudicando el bienestar de la población. Además, la falta de inversión en tecnologías limpias ha agravado los problemas ambientales y de salud en las comunidades cercanas a las instalaciones de PEMEX.
La Necesidad de Soluciones Profundas
La próxima administración, sea quien sea la presidenta electa, enfrentará el titánico desafío de revertir esta situación. Se requieren soluciones pragmáticas y profundas, alejadas de enfoques ideológicos, para gestionar la deuda y mejorar la eficiencia operativa de PEMEX, asegurando su viabilidad a largo plazo.
Conclusión
El legado de Octavio Romero Oropeza y Marco Herrería Alamina es una PEMEX debilitada, con finanzas desmoronadas y una producción en declive. Este desfalco, marcado por el nepotismo y el amiguismo, exige una intervención urgente y efectiva para evitar una catástrofe económica y social mayor. La próxima administración tiene la responsabilidad de rescatar a PEMEX y restaurar la confianza en una empresa que ha sido vital para el desarrollo de México.